"Perdónenme porque esto ya se me salió de las manos", escribió en sus redes sociales, la ahora exalcaldesa sustituta del municipio de Santa María del Río, San Luis Potosí, Edna Yuridia del Carmen Medina Flores, tras presentar su renuncia al argumentar amenazas de muerte.
Yuridia Medina llegó al cargo hace dos semanas, tras haber asumido en lugar del edil electo,Emmanuel Govea Díaz, quien perdió la vida en un accidente automovilístico.
De acuerdo con el documento de que presentó, ante el cabildo de Santa María de Río, la ahora exedil solicitó que su salida fuera irrevocable. Asimismo, expresó que el motivo de su renuncia es personal.
En un comunicado, el ayuntamiento de Santa María del Río explicó que Medina Flores también solicitó licencia definitiva a su cargo como regidora de mayoría, la cual fue aceptada.
Del mismo modo, se informó que Balduino Emmanuel Rincón fungirá como encargado de despacho hasta que se convoque a sesión extraordinaria en donde se decidirá a la persona que quedará al frente como alcalde o alcaldesa.
Apenas el pasado 5 de enero Yuridia Medina, fue designada para ocupar la titularidad de la alcaldía de este pueblo mágico, cuna del rebozo. En diversas publicaciones denunció ser víctima de amenazas que ponen riesgo su integridad y la de su familia.
El conflicto derivo tras presuntamente rechazar sobornos y negarse a otorgar permisos para la instalación de una gasera y una gasolinera, que aseguró ponía en peligro la vida de los habitantes.
En una publicación en su perfil de la red social Facebook, acusó que ella, sus hijos y esposo son víctimas de ataques y presiones, presuntamente por quienes pretenden construir dichas gasolineras.
“Les pido de la manera más atenta un alto a sus ataques y a las difamaciones, creo que el fin que buscaban ya lo consiguieron, ya no quiero más amenazas de muerte hacia mi familia y mi persona”, escribió.
Sin mencionar nombres, la ahora exalcaldesa de Santa María del Río afirmó que intentaron sobornar tanto al fallecido alcalde como a ella para autorizar esa obra, dijo, plagada de corrupción.