Porque más de la mitad del país está en zona de riesgo
Por su ubicación geográfica, México está sujeto al impacto de una gran cantidad de fenómenos naturales, que anualmente causan miles de daños, pérdidas económicas y, lamentablemente, también vidas humanas.
Algunos de estos fenómenos son los sismos y, aunque no siempre son tan fuertes como los del 7 y 19 de septiembre pasado, México está expuesto a ellos diariamente, aunque no todas las regiones tienen el mismo peligro.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) ha divido al país en cuatro zonas, de acuerdo con el nivel de peligro sísmico que pueden sufrir. La Zona A es la menos propensa a este tipo de fenómenos, mientras que la D es aquella donde el riesgo es mayor.
"La zona A es aquella donde no se tienen registros históricos de sismos. En la zona D ocurren con frecuencia temblores de gran magnitud (superiores a 7)", dice el Cenapred.
Debido a que el nivel de peligro sísimico se determina por aspectos geológicos, es decir, de la composición del subsuelo, un estado puede tener en parte de su territorio características de más de una zona sísmica.
Los estados que se encuentran en la Zona A, con un nivel "bajo" de peligro sísmico son: Nuevo León. Tamaulipas, Coahuila, Yucatán y Quintana Roo; así como partes de Campeche, Chihuahua, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y Baja California Sur.
En la Zona B, de nivel "moderado", se encuentran Sonora, Sinaloa, Guanajuato, Aguascalientes, Puebla, Tlaxcala, la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Veracruz, Tabasco, así como partes de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Tabasco, San Luis Potosí, Chiapas y Campeche.
La Zona C, la que tiene un riesgo "alto" de sufrir fuertes sismos, comprende partes de Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Morelos, Estado de México, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Baja California y Baja California Sur, además de pequeñas partes de Sonora y Sinaloa.
Finalmente, la Zona D comprende un riesgo "severo" para las zonas costeras de los estados del Pacífico como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Colima, Nayarit y la frontera entre Sonora y Baja California.
PAÍS VULNERABLE
Sí, todo esto se lo debemos a que México se encuentra asentado sobre cinco placas tectónicas, las cuales generan los sismos debido a la fricción entre ellas. Estas son la Norteamericana, la del Pacífico, la de Cocos, de Rivera y la del Caribe.
El 90% de los sismos que ocurren en México se registran frente a las costas del océano Pacífico, donde la placa tectónica de Cocos se hunde bajo la de Norteamérica, a razón de seis centímetros por año. En 2016 se registraron 15 mil 400 sismos en esta zona, un promedio de 42 diarios.
Las zonas de peligrosidad sísmica del país (A, B, C, D) dependen del lugar geográfico de cada estado, en referencia a estas placas tectónicas, y por ello unos estados tienen mayor riesgo de sufrir sismos más fuertes que otros.