Porque las mutaciones del virus que provoca la COVID-19 pueden hacer a la enfermedad más resistente
GlaxoSmithKline y CureVac unieron fuerzas este miércoles para crear vacunas de ARN mensajero de próxima generación para combatir las variantes emergentes del nuevo coronavirus que podrían hacer que las primeras inyecciones sean menos efectivas.
Las compañías apuntan a que un candidato sea aprobado para 2022 como parte de una colaboración de 180 millones de dólares, según un comunicado.
Este año, Glaxo también planea ayudar a fabricar hasta 100 millones de dosis de la actual vacuna de ARN mensajero de CureVac, que aún se encuentra en ensayos en etapa tardía y podría aprobarse en marzo.
Los fabricantes de medicamentos se apresuran a ponerse al día con el virus SARS-CoV-2 en medio de la preocupación de que variantes nuevas y potencialmente más peligrosas puedan disminuir la efectividad de algunas vacunas. Al ayudar a CureVac a fabricar su inyección actual, el gigante farmacéutico británico sigue el ejemplo de Sanofi, Novartis y Bayer de respaldar las vacunas COVID de otra empresa, lo que podría acelerar su producción.
Los socios tienen como objetivo utilizar una nueva tecnología de ARN mensajero para desarrollar productos dirigidos a múltiples variantes en una vacuna. Las inmunizaciones pueden usarse para proteger a las personas que no han sido inoculadas o como inyecciones de refuerzo si la inmunidad de otras vacunas disminuye, señalaron las compañías.
La alianza también investigará vacunas de ARN mensajero para proteger contra otros virus respiratorios más allá del COVID-19.
El método proporciona a las células instrucciones para crear la proteína 'pico' que se encuentra en la superficie del virus, confiando en que el cuerpo produzca su propia vacuna.
Un llamado disparo multivalente tendría como objetivo construir una protección más amplia contra múltiples variantes instruyendo a que se produzcan diferentes proteínas de punta.
Con información de Bloomberg